domingo, 14 de febrero de 2010

La crisis eléctrica

Por primera vez hemos visto a nuestro alrededor gente preocupada por el tema energético. No sólo por la posibilidad de que nuestro país sufra un colapso eléctrico total. Se trata también de la necesidad de usar fuentes de energía novedosas en nuestro país; que vengan a sustituir las momentáneamente agotadas hidro- y termoeléctrica.

No hay que buscar mucho las causas de la crisis que vivimos. Es una combinación perfecta tres factores: malas políticas tarifarias, ninguna inversión en el mantenimiento y aumento de la infraestructura de generación y distribución de energía y la llegada de un año de caudales especialmente bajos para el Río Caroní, el que tiene mayor peso en la hidrogeneración.



De los tres factores, dos de ellos son atribuibles a la forma como se ha administrado el Estado y la otra, a la naturaleza.
Veamos estos componentes de la tormenta perfecta uno a uno.

Tarifas

Las tarifas del sector eléctrico no se modifican desde 2002. Para mostrar el efecto de esta política, nos remitimos a la siguiente gráfica, donde se muestra el tamaño del servicio de electricidad y agua facturado cada trimestre, comparado con su valor en enero de 2003. Como siempre, son los datos del Banco Central. La gráfica está generada con los mismos valores que mostramos en este post. Por cierto, en ese momento no entendimos bien lo que los números querían decir.

 


Si bien el consumo fluctúa, es evidente que comienza a aumentar de manera importante desde el congelamiento de las tarifas, hasta llegar a cerca del 160% en fechas recientes. Un aumento tan grande en un periodo de tiempo tan pequeño no puede explicarse con variables como el aumento de población o la inclusión de suscriptores anteriormente excluidos. Esto último quedará claro cuando hablemos de la inversión en infraestructura.

En caraquensis no creemos haber descubierto el agua tibia. Los subsidios, y el congelamiento de tarifas es uno de ellos, siempre derivan en un exceso de producción.

Creemos firmemente que el camino correcto pasará por un aumento de tarifas. Hemos visto en la semana pasada algo que podría parecer un paso tímido en esa dirección, un esquema de premios y castigos basados en el nivel de consumo y la reducción de este. Lamentablemente, la solución adolece de ese mal tan común en Venezuela. Pone todo el énfasis en que habrá un castigo a los "infractores". Olvidan los creadores de la medida que el objetivo es disminuir el consumo. No crear una nueva policía del alicate, que perseguirá a unos supuestos derrochadores después que hayan derrochado y sin ninguna garantía de que será posible gastar menos.

Infraestructura y mantenimiento.

Ya hace unos diez años escuchábamos a un ejecutivo del metro de Caracas declarar que no seguirían construyendo la linea 4, que uniría las lineas 3 y 2 y se prolongaría paralela a la linea 1. Caracas es principalmente un valle alargado, y la mayor parte del desplazamiento se realiza en el eje este-oeste. Es el eje de la linea 1 y de su paralela, la 4.

Sin embargo, este ejecutivo argumentaba que no era necesaria una linea paralela a la linea 1. Precisamente porque ya existía ésta (la 1). Tal atrocidad nos ha costado un retraso cercano a cinco años en la inauguración de la linea 4 (al final construida parcialmente) y un colapso inefable en el servicio de transporte público, que para muchas zonas de una ciudad medianamente grande se apoya en un solo tren.

Esta linea de pensamiento y acción sigue siendo aplicada en cualquier ámbito que requiera planificación. Lo vemos con más facilidad en el transporte público y en las vías de comunicación (autopistas, carreteras, calles y avenidas) y ahora también en el sector de generación y distribución de energía eléctrica.

Hoy en día hemos descubierto que gran parte del dinero destinado a la inversión en la infraestructura del sector eléctrico fue desviado, perdido, etc. No hay nueva infraestructura en la última década. El futuro nos alcanzó.

El clima

Es cierto que hoy el Caroní tiene su caudal más bajo en muchos años, pero ya se habían alcanzado cotas de alarma en los niveles de las represas anteriormente. En esta ocasión el río sólo nos ha hecho evidente el fracaso de la administración de nuestra energía. Tenemos un sistema eléctrico nacional que depende de un solo río, casi de una sola represa.

Algunas personas piensan que las variaciones en el clima son causadas por la actividad (irresponsable) humana y que nos corresponde en primera instancia cambiar nuestro estilo de vida. Independientemente que esto sea cierto, la solución a un problema tan complejo como alimentar de electricidad a un país, requiere redundancia para ser viable. Insistimos, redundancia es una palabra clave cuando nos referimos a la solución de un problema complejo, como alimentar de energía a un país o transportar a la gente en una ciudad.

No podemos pararnos a buscar nuestras fallas o las de nuestros vecinos, sin ser capaces de asegurar el servicio eléctrico durante una sequía. Si seguimos así estaremos verdaderamente secos.

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