martes, 2 de marzo de 2010

¿Cuál es la propuesta que esperan oír los electores para el próximo 26S?

No se ha hablado mucho sobre las diferentes propuestas de los pre-candidatos a la Asamblea Nacional. Del lado oficialista, sabemos que la asamblea funciona como un grupo de apoyo al ejecutivo. Así, no necesitan propuesta. Van montados en el liderazgo de Chávez y ya.

Del lado opositor tampoco se muestran ideas claras. Creemos que se debe a dos factores. Por un lado está el error de haber permitido que cuestiones técnicas, relativas a la selección de los candidatos, sean el tema de discusión. Aclaramos que esto es un error que difícilmente podría evitarse, puesto que es una manifestación de la situación de debilidad de los partidos. Esperamos que esta situación siga cambiando.

Por otro lado, no parece existir esa propuesta clara. Es evidente para nosotros que hay dos grupos. El de quienes consideran que el único objetivo válido es lograr la mayoría en la Asamblea y luego destituir toda la estructura del ejecutivo. Por otro lado hay quienes piensan que independiente de ello se debe llevar una propuesta basada en la revocación y reformulación de leyes recientes, cuya constuticionalidad estaría cuestionada, y comenzar a legislar en el verdadero marco de la Constitución. Sin embargo, estas propuestas han permanecido a un nivel muy técnico, que no ha calado en la opinión pública.

Para seguir en el tema de la propuesta, recordamos que el analista Luis Vicente León ha señalado que discusiones como la de la Ley de Educación, no conmueven a un elector que nunca ha sido efectivamente atendido por el sistema educativo. Un elector cuyos verdaderos problemas son de sobrevivencia. Esto explicaría un poco porqué esta agenda no avanza mucho.

También está el veterano periodista Díaz Rangel, que explica porqué no puede haber una propuesta opositora, ya que no podría ser otra sino el capitalismo. Según esta visión, esa es la verdadera razón para una ausencia de propuesta en la mesa.

Según estas dos condiciones, la primera respuesta es hacer una propuesta atractiva a los sectores más humildes. Dando gran relevancia a una agenda de desarrollo social, que no huela a liberalismo. Sólo hay un problema con ello, hay un hombre-marca en Venezuela con ese posicionamiento. Y acapara el mercado.

La cuestión es: ¿Cómo desmarcarse de la exitosa imagen que se ha asociado al socialismo, sin ser acusados de representar a un sector enemigo de las clases populares?

Esa es la pregunta que, en nuestra opinión, deben responder los actores que deseen acceder de manera independiente a la Asamblea Nacional.

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