domingo, 11 de abril de 2010

Cisnes negros de ayer y hoy

Un cisne negro es un animal, pero también es una forma de designar un hecho poco común, que nadie esperaba antes que sucediera y/o se consideraba muy poco probable.

Citaremos la definición para un cisne negro como sinónimo de un hecho poco probable, de una reseña de Antonio Martínez, sobre el libro homónimo de Nassim Nicholas Taleb.

"En primer lugar, debe tratarse de un hecho raro, en segundo lugar el hecho debe producir un gran impacto y en tercer lugar debe ser susceptible de una explicación lógica que convierta el fenómeno en explicable e incluso predecible."

No podemos evitar pensar en cisnes negros, una vez más, al leer "El tango de siempre", de Fausto Masó. El, en nuestra opinión, excelente escrito no toca el tema de los eventos raros en sí. En realidad compara circunstacias de dos épocas diferentes y que son, de algún modo, iguales.

Masó describe una parte neurálgica de las circunstancias políticas en Venezuela hace 20 años. Una serie de hechos y una forma de ver el país que nos ayudan a entender el fenómeno de Hugo Chávez y su prolongado período de poder, como un cisne negro en la historia venezolana. Reconocemos que Masó no ha sido el único en hacerlo.

Primero que nada, en la tradición política venezolana de 1990, un golpe de estado era un hecho raro. Más raro aún, que uno de los líderes del golpe se transformara en un lapso de seis años en el adalid de la democracia.

Sin embargo, todo tiene una explicación lógica. Y en este caso, sencilla. Citamos a Masó:
"¿Qué ocurría hace 20 años? Se oponía la sociedad civil, una entelequia inventada por un marxista, Gramsci, a los partidos, unas instituciones. La crítica a los partidos no buscaba que surgieran nuevos partidos, o reformar los que existían, sino quitarlos del medio. Como se sabía que los partidos no surgían de un discurso por televisión y requerían largo tiempo para fundarlos, se buscaba un atajo, un outsider. También se rechazaba la trabajosa tarea de reformar a los partidos, democratizarlos.

Se inventó el mito de que algunos representaban a los independientes; tenían el derecho de hablar por esos millones de venezolanos.

Esa estrategia logró desprestigiar a los partidos y candidaturas como la de Irene Sáez y, por fin, el triunfo de Chávez, el perfecto candidato antipartido, el outsider ideal, un militar."

Agregamos nuestros recuerdos del mejor termómetro del imaginario político de un país: taxistas y barberos aún se hacían eco de las bondades de la dictadura perezjimenista, algo un poco difícil de hacer en la Venezuela de hoy. Gracias a la corrupción, pero sobre todo a la incapacidad de resolver los crecientes problemas económicos del país, nos hicimos una sociedad anhelante de un gobierno fuerte, que persiguiera incluso físicamente a aquellos que habían cometido peculado. Un gobierno que echara concreto, como se hizo en las grandes obras de infraestructura de mediados del siglo XX.

Era mentira. No era un gobierno de fortaleza autoritaria lo que queríamos, pero sí fue lo que construimos. Hoy en día podemos entender que el hecho era explicable y predecible. Se cumplen las tres características para tener un cisne negro.

Una cosa que nos encanta del artículo de Masó es su denuncia de la situación actual, de la similitud de principios. De las pugnas que asistimos a través los medios. Y el aprovechamiento que el establishment actual hace de estas miserias, muchas de ellas alimentadas de forma consciente desde el poder.

Sobre cómo el poder alimenta toda esta situación, podemos agregar:

  • Tribunales que siempre retardan la decisión final sobre las posibilidades de participar de presos políticos, por ejemplo en elecciones parlamentarias, contribuyen a mantener discusiones fuera del foco político sobre quienes serán los candidatos. Discusiones que no contribuyen a mejorar propuestas y sólo fomentan la división del universo opositor.
  • Leyes y principios constitucionales que impiden el financiamiento público de la actividad política (art. 67 de la Constitución), pero que destacan la elección de candidatos mediante procesos primarios de gran escala, como la fórmula valedera. Como adorno final, la realización de una vaca entre los diferentes aspirantes a candidatos opositores para la Asamblea Nacional, para realizar las elecciones primarias, es motivo de investigación por la misma Asamblea Nacional, por presuntamente violar el mismo articulo 67. ¿Alguien sabe lo que es un conflicto de intereses?

Volviendo al tema de las circunstancias generales de ayer y hoy, la confrontación entelequia-institución se mantiene. Conocidos periodistas profesionales, que no deberían opinar en los espacios de opinión que dirigen, usurpan el papel de los opinadores. En una gran cantidad de casos para atacar sistemáticamente cualquier propuesta o postura que venga de los partidos. Por otro lado, aplauden automáticamente las intervenciones de cualquier individuo, no importa que no tenga estructura detrás para respaldarle, o que sea un recién graduado. No importa nada, sólo destruir los partidos.

Encontramos el complemento en la aparición de lideres y pequeñas organizaciones independientes, que enarbolan banderas tipo "sociedad civil", pero que sólo desean acercarse al río revuelto para generar mayorías aluvionales de forma rápida. ¿Podemos hablar de estilo Chávez?

Masó es pesimista. Nosotros, no tanto. Regresemos a la idea del cisne. Si bien permanecen las actitudes antipolíticas en actores muy prominentes, y los partidos aún no son gran cosa, sí muestran una fortaleza un poco mayor que hace cuatro años.

Podemos estar en vísperas de otro cisne negro. La postura de los principales partidos de oposición, de no ceder a los chantajes de las vías rápidas, de reforzar su imagen de referente democrático, sin importar su escasa popularidad explícita, puede estar dando sus frutos en el momento que las deficiencias de la gestión gubernamental se hacen evidentes a las mayorías. Tal vez estas sean las circunstancias que expliquen un futuro diferente al presente.

¿Cuándo? ¿qué significa víspera? No se puede saber. Un cisne negro no puede ser blanco. Así que ocurrirá en el momento menos esperado. Lo único que podemos controlar es la construcción de nuevas circunstancias, mediante la adopción de nuevos paradigmas. En caraquensis consideramos que una década de liderazgo independiente en el poder ha sido harto suficiente para demostrarnos su verdadera utilidad. Escogemos respaldar a los partidos, por más malos que sean, o parezcan.

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